Estados Unidos llevó adelante una operación militar en el noroeste de Nigeria contra posiciones del Estado Islámico, en el marco de una escalada de violencia que en las últimas semanas tuvo como blanco principal a comunidades cristianas de ese país africano. La acción, confirmada por la Casa Blanca, marca la primera intervención directa de Washington en territorio nigeriano bajo la actual administración.
El presidente Donald Trump anunció el ataque a través de un mensaje publicado en su red social Truth Social, donde detalló el alcance de la ofensiva. “A mi dirección como comandante en jefe, Estados Unidos lanzó un ataque poderoso y letal contra la escoria terrorista de ISIS en el noroeste de Nigeria, quienes han estado matando brutalmente, principalmente, a cristianos inocentes, en niveles no vistos en muchos años, e incluso siglos”, expresó.
Según precisaron fuentes oficiales, la operación incluyó una serie de bombardeos selectivos contra campamentos y posiciones estratégicas del grupo yihadista, en una región castigada desde hace años por la violencia sectaria. Trump sostuvo que la ofensiva había sido anticipada por advertencias directas a los responsables de los ataques. “Si no detenían la masacre de cristianos, iban a pagar un alto precio, y esta noche así fue”, afirmó.
El mandatario también destacó el rol de las Fuerzas Armadas estadounidenses en la ejecución de la misión. “El Departamento de Defensa realizó numerosos ataques perfectos, como solo Estados Unidos es capaz de hacer”, señaló, al subrayar la capacidad operativa del Pentágono.
Desde Washington indicaron que la acción militar se produjo luego de semanas de presión diplomática sobre el gobierno nigeriano, que incluyeron sanciones y restricciones de visado a funcionarios vinculados con la falta de respuesta ante los ataques. En octubre, la Casa Blanca ya había advertido que la situación representaba una amenaza existencial para la comunidad cristiana y que no descartaba una intervención armada.
La ofensiva se da en un contexto complejo para Nigeria, un país dividido entre un norte de mayoría musulmana y un sur predominantemente cristiano, donde operan grupos armados como Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental. Aunque la violencia afecta a distintos sectores de la población, Trump remarcó que los ataques recientes se ensañaron especialmente con civiles cristianos.
El Pentágono confirmó que la operación se realizó a pedido del gobierno de Nigeria y que dejó como saldo la eliminación de varios combatientes del Estado Islámico. La intervención ocurre en medio de una creciente preocupación internacional por la seguridad de las minorías religiosas en el país más poblado de África.